El cemento celular es muy práctico como material para el llenado geotécnico de cavidades naturales, túneles en desuso, galerías subterráneas, excavaciones de tuberías, bóvedas en centros históricos. La elección de utilizar el cemento celular en este tipo de aplicaciones permite llenar sin sobrecargar el peso sobre la estructura. Su característica fluidez permite una facilidad de llenado de cavidades irregulares y difíciles de alcanzar (por la posibilidad de introducir el tubo de llenado en agujeros de acceso pequeños).
Los riesgos derivados de la caída de desprendimientos de paredes en roca potencialmente inestables pueden ser reducidos con operaciones de llenado con la finalidad de impedir el desprendimiento de rocas que puedan poner en riesgo la seguridad. Además el cemento celular permite disipar más energía con respecto a los materiales pesados, como por ejemplo la grava. El material endurecido no tiene asentamiento al contrario de materiales sueltos.
El uso de cemento celular permite además una ventaja a nivel logístico ya que viene transportado in situ solamente el cemento, mientras que la fase de expansión, es decir la producción de la espuma y la relativa mezcla se realizar directamente en el lugar. Como ejemplo, consideremos una cavidad de 100 metros cúbicos, para llenarla se debería transportar 30 toneladas de cemento que corresponden a un camión. En cambio, si se deben llenar los mismos metros cúbicos con hormigón o inerte, deberíamos transportar todos los 100 metros cúbicos de volumen.
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